10 pasos para ser más asertivo (con ejemplos simples)

¿Alguna vez te has sentido frustrado por no expresar lo que realmente piensas y sientes? La asertividad es una habilidad que puede ayudarte a comunicarte de manera efectiva y llevar una vida más satisfactoria. En este artículo, te presentamos 10 pasos simples para convertirte en una persona más asertiva, con ejemplos prácticos que puedes aplicar en tu día a día. ¡No te lo pierdas!

La asertividad es un estilo de comunicación que implica expresar tus sentimientos, pensamientos, deseos y necesidades de una manera directa, honesta y respetuosa.[1][2]

Muchas personas luchan por ser agresivas (demasiado asertivas) o pasivas (no lo suficientemente asertivas).[2][3][4] La asertividad es la solución a estos dos problemas interpersonales comunes, ya que ayuda a las personas a encontrar formas de comunicarse de manera más efectiva sin dejar de respetarse a sí mismos y a los demás. Volverse más asertivo puede mejorar sus relaciones y comunicación en todas las áreas de su vida.[1][5]

Este artículo lo ayudará a identificar su estilo de comunicación y también le brindará consejos y ejemplos de comunicación asertiva que pueden ayudarlo a comunicarse mejor, reducir el estrés y mejorar sus habilidades sociales.

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Secciones

  • ¿Qué es la asertividad?
  • Cómo ser más asertivo: 10 pasos
  • Los 3 estilos de comunicación
  • Beneficios de la comunicación asertiva
  • Preguntas comunes
  • ¿Qué es la asertividad?

    La asertividad es una habilidad social que implica ser directo, abierto y honesto con las personas y al mismo tiempo demostrar respeto por sus sentimientos, deseos y necesidades. Como todas las habilidades sociales, la asertividad no es algo con lo que las personas nacen, sino algo que se aprende y se domina a través de la práctica.[1][3][5]

    Según las primeras descripciones de la comunicación asertiva, hay 4 elementos principales de la asertividad, que incluyen:[6]

  • La capacidad de decir no a las personas o rechazar sus demandas.
  • La capacidad de pedir abiertamente lo que quiere y necesita de los demás.
  • La capacidad de hablar honestamente sobre sus sentimientos (tanto positivos como negativos) con los demás.
  • Conocimiento sobre cómo iniciar una conversación, mantenerla y finalizarla.
  • Cómo ser más asertivo: 10 pasos

    La asertividad es una habilidad imprescindible que puede ayudarte a comunicarte de una manera más directa, clara y eficaz. Con tiempo, práctica y algunos ejemplos y consejos de comunicación asertiva, puede dominar el arte de la comunicación asertiva. A continuación se presentan 10 pasos a seguir para comenzar a trabajar en el desarrollo de un estilo de comunicación más asertivo.

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    1. Identifique su estilo de comunicación y sus carencias de habilidades

    Su estilo de comunicación puede variar según la situación, la persona y el contexto. Por ejemplo, puede ser una persona muy asertiva en su rol profesional como gerente, pero luego ser fácil de manejar o ser tratado como un felpudo en su vida personal. Su estilo de comunicación también puede cambiar en momentos de estrés o conflicto.[1][2][4][7]

    Identificar su estilo de comunicación (incluida la forma en que se comunica en un conflicto) es importante porque le ayudará a saber qué debe cambiar.[1] Una persona pasiva probablemente necesitará trabajar en el desarrollo de habilidades diferentes a las de alguien que se comunica agresivamente. A continuación se presentan algunas de las habilidades de asertividad que los comunicadores pasivos versus agresivos pueden necesitar desarrollar.[5]

    Los comunicadores pasivos pueden necesitar trabajar en: Los comunicadores agresivos pueden necesitar trabajar en: Estar de pie y hablar por sí mismos Habilidades de escucha activa y no interrumpir Establecer límites personales claros Respetar los límites de otras personas Comunicarse de una manera más directa Comunicarse de una manera más tranquila Aprender a abordar (vs. .evitar) conflictosResolución de conflictos sin ira ni hostilidadAprender a tener más confianza con los demásAprender a ser más humildes con los demásTomar la iniciativa o ser más resolutivosCooperar y colaborar con los demásPriorizar los propios sentimientos y necesidadesInteligencia emocional y respeto por los demás

    2. Desarrolla un lenguaje corporal más seguro

    Los estudios han demostrado que su lenguaje corporal es aún más importante que las palabras reales que dice, por lo que la asertividad también implica usar un lenguaje corporal seguro. Las señales no verbales como cuánto contacto visual hace, su postura, expresiones y gestos, y el tono y volumen de su voz son aspectos importantes de la asertividad. Cuando hablas con asertividad pero tienes un lenguaje corporal pasivo, es menos probable que los demás te vean como asertivo.[1][2][5][7]

    Aquí hay algunos ejemplos de comunicación asertiva no verbal:

    • Asuma una postura asertiva: encuentre una posición o postura erguida cómoda cuando esté de pie o sentado para hablar con alguien. No sea demasiado rígido o rígido, pero también asegúrese de no encorvarse. Además, evita moverte o moverte mucho, lo que puede ser un signo de ansiedad social o inseguridad. Además, trate de mantener su lenguaje corporal «abierto» al mirar a la persona con la que está hablando y no cruzar los brazos o las piernas, encogerse o inclinarse hacia otro lado.[1][2]
    • Haz un buen contacto visual: las personas pasivas tienden a evitar el contacto visual, mientras que las personas agresivas pueden ser demasiado intensas con su contacto visual. La clave para un buen contacto visual es mantener el contacto visual con alguien durante una conversación sin que se sienta incómodo. Por ejemplo, mírelo cuando esté hablando, pero de vez en cuando desvíe la mirada para evitar que parezca que lo está mirando fijamente.[1][2][7]
    • Usa sabiamente las expresiones y los gestos: Las expresiones faciales y los gestos son un ingrediente esencial para comunicar con claridad, que es uno de los principales objetivos de la asertividad. Tus expresiones y gestos deben coincidir con el tono o la vibra emocional de lo que estás diciendo (por ejemplo, emocionado, serio, tonto, etc.), pero deben ser neutrales o positivos. Por ejemplo, cerrar el puño, señalar con el dedo o hacer expresiones faciales de enojo es más probable que se interprete como un comportamiento agresivo frente a un comportamiento asertivo.[2]

    3. Habla lo suficientemente alto y claro para que te escuchen

    Para comunicarse de manera efectiva y asertiva, los demás deben poder escucharlo y comprenderlo.[1][2][4] Las personas naturalmente tranquilas o de voz suave pueden necesitar hablar más alto o más claro. Proyectar su voz, usar más énfasis y usar un tono asertivo puede ayudar a garantizar que los demás escuchen su voz.[2]

    Si eres más una persona ruidosa, franca o mandona, es posible que debas reducir la escala y hablar más bajo o hablar con menos énfasis. Hablar demasiado alto o con demasiado énfasis puede abrumar o incluso intimidar a algunas personas. Dependiendo de la situación, incluso puede interpretarse como agresivo u hostil, lo que aumenta la probabilidad de que ocurran conflictos.[7]

    4. Expresar opiniones fuertes con calma

    Las personas asertivas son personas que expresan más libremente sus pensamientos y opiniones, pero lo hacen con tacto. Mantener la calma, el control y no estar a la defensiva es la clave, especialmente cuando estás expresando una opinión o un sentimiento fuerte.[1][2]

    En estos momentos, es importante mantener tus emociones bajo control. De lo contrario, es probable que otras personas se pongan a la defensiva o se molesten, y es más probable que te malinterpreten a ti o a lo que intentas decir.

    Aquí hay algunos consejos sobre cómo expresar opiniones firmes de manera asertiva y respetuosa:[2][7]

    • Asegúrese de hacer una pausa y darle a la otra persona o personas en la conversación la oportunidad de responder a lo que dijo o compartir sus sentimientos u opiniones.
    • Trate de relajar la tensión en su cuerpo cuando sienta que se contrae o se pone tenso, lo que puede ayudar a generar un estado emocional más tranquilo.
    • Tómese un descanso o cambie el tema si las cosas se están poniendo demasiado calientes diciendo algo como “Cambiemos de tema” o preguntando “¿Podemos hablar de esto en otro momento?”.

    5. Practica decir no (sin culpa ni enfado)

    “No” es una palabra fácil de pronunciar, pero aun así puede ser muy difícil decírselo a alguien que te pide ayuda, un favor o tu tiempo.[1] Decir “no” es una de las habilidades de asertividad más difíciles de usar, pero es importante desarrollarla.[4][6] Ser capaz de decir “no” sin sentirse enojado o culpable es una de las principales formas de mantener relaciones recíprocas, equilibradas y saludables.

    A veces, decirle a alguien “no” lo molestará o lo enojará, sin importar cuán asertivo o discreto lo haga. Aún así, hay algunas estrategias que puede usar al decir “no” que pueden proteger su relación, no afectar los sentimientos de la otra persona y prevenir conflictos. Aquí tienes algunos ejemplos de frases que puedes utilizar para decir “no” de forma asertiva:[1][2]

    • Exprese arrepentimiento: Trate de decir algo como, “Realmente desearía poder pero…” o “Me encantaría pero desafortunadamente no puedo” o “Odio decepcionarte pero…” Expresar arrepentimiento les hace saber que usted quiere para ayudar, pero no son capaces de hacerlo esta vez.
    • Explique por qué: considere explicar por qué está rechazando una solicitud diciendo algo como «Estoy abrumado en el trabajo» o «Estaré fuera de la ciudad la próxima semana» o «Tengo una visita familiar». Esto puede ayudar a otros a contextualizar por qué les estás diciendo que no.
    • Da un sí parcial: un sí parcial es una forma discreta de decir no a alguien mientras sigues ofreciendo ayuda. Por ejemplo, decir: “No puedo hacerlo todo, pero puedo ayudar con…” o “Estoy libre por un par de horas pero no puedo quedarme todo el día” son ejemplos de esta estrategia.
    • Respuesta retrasada: si eres una persona demasiado rápida para decir que sí y se compromete demasiado, podría ser una buena idea usar tácticas de demora cuando alguien te hace una solicitud. Por ejemplo, si un amigo te pide que lo cuides o que lo lleves al aeropuerto a las 5 a. m., dile que debes revisar tu horario. Esto le da tiempo para pensar si quiere o no decir sí o no.
    • NO rotundo: A veces es necesario un “no” rotundo o firme o un “detente ahora mismo”, especialmente cuando se ignoran los intentos educados de negarse o cuando alguien le falta el respeto o lo viola de alguna manera.

    6. Expresa tus sentimientos para que no se acumulen

    Tanto las personas pasivas como las agresivas tienden a reprimir sus emociones de una manera que puede conducir a estallidos y conflictos mayores más adelante.[1][7] Evite este problema abordando las cuestiones, los problemas y los conflictos en las relaciones cuando surjan por primera vez. Cuando lo hace, a menudo puede adelantarse al problema y evitar que dañe sus relaciones.

    Además, abordar los problemas o conflictos desde el principio puede hacer que sea más fácil hacerlo de una manera tranquila y uniforme. Aquí hay algunos ejemplos de autoafirmación que se pueden usar para abordar pequeños problemas con un amigo, en el trabajo o en una relación:[1][4]

    • Enfrente a los amigos inestables que cancelan o se retractan de sus planes en el último minuto haciéndoles saber que le molesta, pidiéndoles un aviso con más anticipación o explicando cómo afecta su capacidad para hacer planes y mantenerse organizado con su agenda.
    • Asegúrense con un compañero de trabajo chismoso que habla mal de usted o de los demás pidiéndoles que no los arrastren al drama, explicándoles que los estresa o diciéndoles que lo que están diciendo no es agradable.
    • Sé sexualmente asertivo con una nueva pareja haciéndole saber lo que te enciende o apaga, lo que te gusta y lo que no te gusta en la cama, y ​​cualquier límite sexual que no quieras que cruce.

    7. Usa declaraciones en primera persona

    Una declaración en primera persona es una de las habilidades de asertividad más populares y conocidas y se gana un lugar en esta lista debido a lo versátil que es. Una declaración I se puede usar para expresar sentimientos, deseos, necesidades u opiniones, y también se puede usar para resolver conflictos o establecer límites personales. Las declaraciones en primera persona suelen seguir una fórmula que dice algo así: «Me siento ___ cuando tú ____ y ​​me gustaría ____».[5]

    A diferencia de las declaraciones que comienzan con «tú» (p. ej., «Me hiciste enojar tanto» o «Tú siempre…»), las declaraciones en primera persona son menos conflictivas y más respetuosas. Es menos probable que desencadenen las defensas de una persona y están diseñados para ayudar a las personas a tener más tacto durante una conversación difícil.[5] Algunas variaciones de declaraciones I que podría usar en diferentes situaciones son:

    • A un compañero de cuarto o amigo o pareja que vive en casa: “Realmente no me gusta cuando dejas los platos en el fregadero durante la noche porque hace que sea más difícil limpiarlos. Me encantaría que tuvieras el hábito de lavarlos antes de acostarte”.
    • A un gerente en el trabajo: “Entiendo que tenemos poco personal, pero realmente necesito ayuda adicional en este proyecto. Tengo muchas ganas de hacer mi mejor trabajo, pero no puedo cuando tengo tanto en mi plato”.
    • A un amigo o familiar: “Sé que no es tu intención herir cuando dices cosas así, pero realmente me molestan. Siempre he sido un poco inseguro acerca de eso y realmente apreciaría si no pudieras hacer ese tipo de comentarios”.

    8. Aprende a abordar y resolver conflictos

    El conflicto puede ser incómodo, emocionalmente cargado y tiene el potencial de dañar o incluso terminar una relación, por lo que tiene sentido que tantas personas quieran evitarlo. El problema es que evitar un conflicto a veces puede hacer que el conflicto sea más grande, causando más daño a la relación a largo plazo.

    Por esta razón, las habilidades de resolución de conflictos son otra habilidad de asertividad esencial que debe tener en su caja de herramientas sociales. Algunos consejos para la resolución de conflictos incluyen:[2][7]

    • Concéntrese en el problema y no en la persona: Durante un conflicto, intente abordar el tema o problema (es decir, algo que se dijo, se hizo o no se hizo) en lugar de la persona. Por ejemplo, en lugar de decir: “¡Prometiste venir a buscarme y luego me dejaste allí durante 5 horas!”, podrías decir: “Estaba en una situación muy mala porque no apareciste”. Mantener la discusión centrada en el problema reduce la actitud defensiva y ayuda a abordar el conflicto en lugar de recurrir a ataques personales.
    • No haga del consenso la única resolución: No es necesario ‘ganar’ todos los argumentos haciendo que la otra persona esté de acuerdo con usted o con su punto de vista. A veces, la mejor resolución es un compromiso o simplemente aceptar estar en desacuerdo. A menos que el consenso sea realmente la única solución, esté abierto a otras formas de resolución. Por ejemplo, aprende a aceptar y aceptar que un compañero o amigo tenga creencias u opiniones diferentes a las tuyas.
    • Aprenda a pelear de manera justa: en sus relaciones más cercanas (p. ej., pareja, cónyuge, familia o compañero de cuarto), los conflictos son inevitables. La clave para mantener estas relaciones fuertes y saludables no es no pelear, sino aprender a pelear de manera justa. Evite los golpes bajos, los insultos o los ataques e insultos personales. Tome descansos cuando las cosas se pongan demasiado calientes. Además, esté dispuesto a admitir y disculparse por sus errores en un esfuerzo por reparar las cosas y corregirlas cuando no luchó de manera justa.

    9. Practica la asertividad con las personas más cercanas a ti

    La asertividad es una habilidad que solo se puede dominar con tiempo y práctica constante. Cuando recién está comenzando a desarrollar estas habilidades, puede ser más fácil practicarlas con las personas más cercanas a usted. Estos pueden incluir un mejor amigo, una pareja o un miembro de la familia con el que sientas que puedes ser completamente auténtico y genuino.

    Hágales saber que está tratando de trabajar en las habilidades de asertividad para que no estén confundidos acerca de por qué podría estar interactuando de manera diferente con ellos. De esta manera, también puede obtener sus comentarios e incluso tener la oportunidad de «rehacer» o representar ciertas habilidades de asertividad, especialmente las que le resultan más difíciles de dominar. Las investigaciones muestran que este tipo de juegos de roles y oportunidades de práctica ayudan a las personas a desarrollar un estilo de comunicación más asertivo.[4][5]

    10. Espera tener que reafirmarte

    En un mundo ideal, podría establecer un límite, decir «no», defenderse o abordar un problema solo una vez y no tener que volver a hacerlo. En realidad, probablemente habrá muchas ocasiones en las que necesites reafirmarte con alguien, incluso cuando lo hayas hecho recientemente con alguien. Por ejemplo, es posible que deba recordarle a un amigo o compañero que no haga ni diga ciertas cosas que les ha pedido que no hagan antes de ver cambios duraderos.

    Esto será mucho menos frustrante cuando comience el proceso con expectativas realistas. Por ejemplo, piense en la asertividad como un cambio continuo en la forma en que interactúa con las personas en lugar de una conversación única. Este cambio implica ser más abierto, directo y honesto acerca de cómo se siente, piensa y lo que quiere y necesita.[1][2][4]

    Los 3 estilos de comunicación

    La comunicación asertiva es uno de los tres estilos principales de comunicación y se considera el más saludable y efectivo de todos. Los otros dos estilos de comunicación son el pasivo y el agresivo, que implican no ser lo suficientemente asertivo (pasivo) o demasiado asertivo (agresivo).[1][5] La asertividad es el término medio entre los estilos de comunicación pasivos y agresivos y es la forma más efectiva de comunicarse, especialmente durante un conflicto.[4]

    La mayoría de las personas tienen un estilo de comunicación principal que usan con más frecuencia, pero esto puede cambiar en momentos de estrés o conflicto.[7] A continuación se encuentran las definiciones de los 3 estilos de comunicación diferentes con explicaciones y ejemplos para describir cada uno.[1][2][5][7]

    comunicación pasiva

    Subyuga sus propios sentimientos, deseos y necesidades de los demás.

    Comunicación asertiva

    Igual consideración por los sentimientos, deseos y necesidades propios y ajenos

    comunicación agresiva

    Anula los sentimientos, deseos y necesidades de los demás para satisfacer los propios.

    Cuando te comunicas pasivamente, estás diciendo:

    Mis sentimientos/deseos/necesidades son menos importantes que tus sentimientos/deseos/necesidades

    Cuando te comunicas asertivamente, estás diciendo:

    Mis sentimientos/deseos/necesidades son tan importantes como tus sentimientos/deseos/necesidades

    Cuando te comunicas agresivamente, estás diciendo:

    Mis sentimientos/deseos/necesidades son más importantes que tus sentimientos/deseos/necesidades

    Ejemplos de comunicación pasiva:

    * Ser llamado «demasiado amable» o ser tratado como un felpudo o un pelele

    *Disculparse con frecuencia, incluso cuando no hicieron nada malo

    * No hablar cuando quiere o necesita algo de otras personas.

    *No ser capaz de valerse por sí mismo cuando le faltan el respeto

    * Ceder a las demandas, expectativas o directivas de otras personas.

    Ejemplos de comunicación asertiva:

    * Ser descrito como confiado pero también humilde y amable.

    *Hablar y compartir ideas en reuniones de trabajo

    *Hablar abiertamente en una relación sobre sus deseos y necesidades

    *Ser capaz de decir no y establecer límites saludables

    *Defenderte cuando otros te faltan el respeto o violan tus límites

    Ejemplos de comunicación agresiva:

    *Que te digan que eres abrasivo, grosero, mandón o intimidante

    *Hacerse ruidoso y hacer demandas a los demás.

    *Ser dominante o competitivo (siempre tratando de estar arriba o tener la última palabra)

    *Tener la mala costumbre de interrumpir o hablar por encima de otras personas

    *Hacer amenazas, maldecir, insultar o insultar a alguien

    Beneficios de la asertividad

    Volverse más asertivo requiere tiempo, intención y esfuerzo constante, pero tiende a dar sus frutos en muchas áreas de su vida. Los estudios han demostrado que el entrenamiento en asertividad puede mejorar su vida y sus relaciones de muchas maneras, entre ellas:[1][5]

    • Mejorar su confianza, autoestima y autoconcepto
    • Reducir los problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad.
    • Mejorar su satisfacción general con su vida
    • Desarrollar relaciones más sanas y recíprocas
    • Prevenir la acumulación de ira y reducir los conflictos
    • Reducir el estrés relacionado con conflictos interpersonales o drama
    • Encontrar soluciones beneficiosas para todos y compromisos en los conflictos

    Pensamientos finales

    La asertividad es un estilo saludable de comunicación que es directo, honesto y respetuoso. Decir que no, expresar pensamientos y sentimientos abiertamente y pedir las cosas que desea y necesita son ejemplos de comunicación asertiva.[1][2][4][5]

    Con la práctica regular, estas habilidades comienzan a sentirse más naturales y cómodas, y no tendrá que trabajar o esforzarse tanto para usarlas. En este punto, probablemente también notará varios cambios positivos en su vida y relaciones que son el resultado directo de aprender a afirmarse.

    Preguntas comunes

    ¿Por qué me cuesta ser asertivo?

    La asertividad es difícil para muchas personas. A muchas personas les preocupa que si son demasiado directas u honestas acerca de lo que sienten, piensan, quieren o necesitan, otras personas se ofenderán o molestarán. Si bien esto a veces es cierto, la comunicación asertiva ayuda a mantener las relaciones fuertes y saludables.[1][5]

    ¿Es más difícil ser asertivo como hombre o como mujer?

    Hay algo de verdad en el estereotipo de que los hombres tienden a ser más asertivos, a menudo porque muchas mujeres están socializadas para ser más pasivas o sumisas.[5] Sin embargo, las normas de género están en constante evolución y hay muchos hombres que también luchan con la asertividad.[2]

    ¿Por qué la comunicación asertiva es una estrategia efectiva?

    La asertividad es el estilo de comunicación más efectivo porque es directo y claro sin dejar de respetar los sentimientos y derechos de la otra persona.[1][4] La asertividad puede ayudarlo a expresar sus sentimientos, deseos, necesidades y opiniones de maneras que es más probable que otras personas escuchen y reciban.[1][7]

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    10 Pasos para ser más Asertivo

    ¿Qué es la Asertividad?

    La asertividad es la capacidad de expresar nuestras opiniones, necesidades y deseos de una manera clara y respetuosa, sin ignorar los derechos de los demás. Ser asertivo implica ser honesto, directo, seguro de uno mismo y capaz de manejar los conflictos de manera efectiva.

    ¿Por qué es importante ser más Asertivo?

    Ser asertivo es fundamental para tener relaciones saludables y satisfactorias, tanto en el ámbito personal como profesional. La falta de asertividad puede llevar a la frustración, el resentimiento y la falta de confianza en uno mismo.

    10 Pasos para ser más Asertivo

    1. Aprende a decir «no» sin sentirte culpable: Si no quieres hacer algo o no te sientes cómodo con una situación, es importante que aprendas a decir no. Es mejor ser claro y honesto que tener que hacer algo que no querías hacer.
    2. Expresa tus sentimientos sin atacar a los demás: Cuando expresas tus sentimientos, es importante que lo hagas de una manera que no ataque o culpe a los demás. Por ejemplo, en lugar de decir «Siempre me haces sentir mal», podrías decir «A veces me siento incómodo cuando…».
    3. Utiliza un lenguaje claro y directo: Evita el uso de ambigüedades y mensajes indirectos. Sé claro y directo en lo que quieres transmitir.
    4. Aprende a escuchar: Ser asertivo también implica saber escuchar. Escucha activamente a los demás y trata de entender sus puntos de vista antes de responder.
    5. Mantén una actitud relajada: La asertividad implica tener una actitud tranquila y relajada. Evita poner en tensión a los demás y trata de resolver las situaciones de manera amigable.
    6. No te rindas fácilmente: La asertividad implica persistencia y determinación. No te rindas fácilmente ante las adversidades.
    7. Reconoce tus propias necesidades: Es importante que conozcas cuáles son tus necesidades y que las hagas valer.
    8. Practica la empatía: Trata de ponerte en el lugar de los demás y entender sus puntos de vista y sentimientos.
    9. Sé auténtico: La asertividad implica ser auténtico y honesto contigo mismo y con los demás.
    10. Aprende a manejar los conflictos de manera efectiva: La asertividad también implica saber manejar los conflictos de manera efectiva. En lugar de evitarlos o de responder de manera agresiva, trata de encontrar una solución satisfactoria para todas las partes involucradas.

    Ejemplificación

    Un ejemplo de cómo aplicar estos pasos sería el siguiente: imaginemos que tu jefe te pide quedarte varias horas después de la hora acordada para terminar un trabajo. En lugar de decir simplemente «sí» o «no», podrías aplicar los pasos del 1 al 4 para expresar de manera asertiva tu postura: «Entiendo que es importante terminar este proyecto, pero no puedo quedarme hoy después de mi hora de salida. Me encantaría poder ayudar mañana durante el horario de trabajo regular». De esta manera, estás siendo claro y directo con tus límites, sin atacar a tu jefe ni sentirte culpable.

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