¿Tienes un amigo que está pasando por un momento difícil emocionalmente pero se niega a pedir ayuda? Convencer a alguien para que vaya a terapia puede ser un desafío, pero es importante recordar que la salud mental es tan importante como la física. En este artículo te daremos consejos útiles y efectivos para ayudar a tu amigo a superar sus miedos y dar el primer paso hacia una vida más saludable y feliz.
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Si tiene un amigo que parece estar luchando emocionalmente o muestra signos de enfermedad mental, es posible que desee que pruebe la terapia. Desafortunadamente, muchas personas, incluso si tienen un problema grave como depresión, trastorno de estrés postraumático o adicción, son reacias a buscar ayuda profesional.
Sin embargo, aunque no puede obligar a alguien a probar la consejería, puede alentarlo a que al menos lo considere. Este artículo contiene consejos que pueden ayudarlo a persuadir a alguien que le importa para que busque ayuda.
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Cómo convencer a un amigo para ir a terapia
1. Infórmese sobre la terapia
Antes de recomendar terapia a su amigo, asegúrese de comprender los conceptos básicos: cómo funciona la terapia, las ventajas de la terapia en línea y en persona tradicional, quién puede beneficiarse de ella, cuánto cuesta y cómo acceder a ella.
Al educarse a sí mismo, podrá decir con confianza que la terapia puede ayudar a las personas en la posición de su amigo. También estará en un mejor lugar para responder las preguntas que su amigo pueda tener sobre el proceso.
Consulte estos recursos:
Es importante saber que la terapia no siempre es la solución adecuada. Por ejemplo, si alguien tiene un colapso mental y apenas puede funcionar, o si tiene tendencias suicidas, es posible que necesite atención médica urgente de un profesional de la salud mental, como un psiquiatra.
Si tu amigo está luchando contra el alcoholismo u otra forma de adicción, es posible que necesite tratamiento hospitalario o rehabilitación.
Mental Health America tiene una página útil sobre qué hacer si un ser querido necesita apoyo de salud mental. Le ayudará a decidir qué tipo de apoyo necesita la persona en este momento.
2. Elige el momento y el lugar adecuado para hablar
Para la mayoría de las personas, la salud mental es un tema delicado. Es probable que tu amigo se sienta más cómodo hablando en un lugar privado donde nadie te escuche. Por ejemplo, podría plantear el tema de la terapia cuando están de paseo o hablando por teléfono cuando ambos están solos en casa.
3. Muéstrale a tu amigo que quieres apoyarlo
Comience la conversación recordándole a su amigo cuánto significa para usted. Es posible que se sientan a la defensiva o cohibidos cuando sugiera terapia. Puede ayudar enfatizar cuánto los valoras; déjale claro que solo quieres ayudar, no incomodar ni entrometerte en sus problemas personales.
Aquí hay algunos ejemplos de cosas que podrías decir para mostrarle a tu amigo que vienes de un lugar de preocupación:
- “Eres mi mejor amigo y quiero que seas saludable y feliz”.
- “Significas mucho para mí y quiero apoyarte cuando la vida se ponga difícil”.
- “Nuestra amistad es muy importante para mí. Me preocupo por ti.»
4. Describe tus preocupaciones
Es más probable que tu amigo acepte que necesita terapia si explicas exactamente por qué te preocupa su comportamiento. Piense en dos o tres ejemplos concretos. Trate de evitar las declaraciones de «usted» porque pueden parecer conflictivas. Por ejemplo, «siempre estás deprimido» o «nunca más te relajas» podría no ser útil. En su lugar, concéntrese en lo que ha observado.
Por ejemplo, si tu amigo ha tenido un bajón recientemente y crees que está en crisis, podrías decirle “Me he dado cuenta de que me has estado enviando muchos mensajes de texto recientemente sobre lo deprimido y desesperanzado que te sientes. Te he estado extrañando en la práctica de fútbol también. Parece que estás en un mal lugar”.
O si tu amigo a menudo parece preocupado y estresado, podrías decirle “Sé que te has tomado muchos días libres por enfermedad estos últimos meses. Cuando hablamos, creo que suenas nervioso y ansioso por teléfono. Parece que todo es realmente abrumador para ti en este momento”.
5. Sugerir la terapia como opción
Después de expresar su preocupación y explicar por qué está preocupado por su amigo, presente la idea de la terapia. Hágalo suavemente, pero sea directo. Use lenguaje fáctico y vaya al grano; no utilice eufemismos ni dé la impresión de que la terapia es algo inusual o vergonzoso.
Por ejemplo, aquí hay algunas formas en las que podría plantear educadamente el tema de la terapia sin imponerles la idea:
- «Me preguntaba si has considerado ver a un terapeuta».
- «¿Has pensado en probar la terapia de conversación?»
- “¿Crees que hablar con un profesional de la salud mental podría ser una buena idea?”
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6. Concéntrese en lo que su amigo podría obtener de la terapia
Es posible que su amigo no esté seguro de por qué y cómo la terapia podría beneficiarlo. Puede ayudar explicar exactamente por qué hablar con un terapeuta podría mejorar su vida.
Por ejemplo, si tu amigo tiene una ansiedad fuerte que le impide ir a eventos sociales, podrías decirle: “Un terapeuta podría mostrarte cómo mantener la calma con otras personas. Realmente podría ayudarte a construir una gran vida social”.
No intentes diagnosticar a tu amigo. Por ejemplo, si han tenido cambios de humor, no digas “Estoy bastante seguro de que tienes trastorno bipolar. La terapia podría ayudarte a manejarlo”. A menos que sea un profesional de la salud mental, no está calificado para diagnosticar qué trastornos tiene su amigo, si los tiene.
En su lugar, concéntrese en los problemas específicos que interfieren en su vida cotidiana. En este caso, podrías decir: “Me has dicho algunas veces que no entiendes tus cambios de humor y que te dificultan la vida. Un terapeuta probablemente podría ayudarte a lidiar con ellos”.
7. Prepárate para el rechazo de tu amigo
Tu amigo puede negar sus problemas o insistir en que es capaz de manejar el problema por sí mismo. Incluso si tu amigo está de acuerdo en que se beneficiaría de obtener ayuda para su salud mental, es posible que tenga varias objeciones.
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- Costo: su amigo podría preocuparse por encontrar el dinero para pagar la terapia.
- Logística: Llegar al consultorio de un terapeuta todas las semanas puede ser un desafío para algunas personas, por ejemplo, si no manejan y viven en un área rural. Otros pueden preocuparse de tener que permanecer en terapia durante años.
- Vergüenza/vergüenza: el estigma en torno a los problemas de salud mental puede disuadir a las personas de probar la terapia. Dependiendo de los antecedentes de su amigo, puede ser útil recordar que algunas culturas aceptan menos la terapia que otras. Algunas condiciones, como la adicción al sexo, pueden conllevar un estigma adicional.
- Miedos en torno a la confidencialidad: a su amigo le podría preocupar que su terapeuta no mantenga en privado las cosas de las que hablan en las sesiones de terapia.
- Miedo a que la terapia dure indefinidamente: a su amigo le podría preocupar que tenga que permanecer en terapia durante meses o incluso años.
- Preocupación de que la terapia no sea efectiva: su amigo podría pensar: «De todos modos, no funcionará».
No descartes las objeciones de tu amigo. Escuche atentamente y demuestre que respeta sus sentimientos antes de responder.
Por ejemplo, supongamos que a su amigo le preocupa que la terapia dure mucho tiempo. Podrían decir: “No quiero pasar años en el diván de un terapeuta. Podría ser una pérdida de tiempo y dinero”. Podría empatizar diciendo: “Sí, puede que no sea muy divertido y, por supuesto, quieres mejorar rápidamente. Yo tampoco querría ir a terapia durante años”.
Luego podría contrarrestar su punto de vista dándoles los hechos. En este caso, podría decir: “Pero hay diferentes tipos de terapia y no todos los terapeutas trabajan de la misma manera. Por lo general, toma alrededor de 15-30 sesiones,[1] no años.” Use lo que ha aprendido sobre la terapia para desafiar suavemente sus conceptos erróneos.
8. Evita dar ultimátum
Es normal sentirse frustrado cuando alguien se niega obstinadamente a aceptar ayuda. A veces, puede sentirse tentado a dar un ultimátum. Sin embargo, esta no suele ser la forma correcta de hacer que alguien pruebe la terapia.
Por ejemplo, supongamos que eres amigo de una persona deprimida y, a menudo, te cuenta con gran detalle sus sentimientos. A menudo te encuentras escuchándolos durante horas y parece que tu amistad se ha vuelto unilateral. Es posible que quieras decir algo como “A menos que obtengas ayuda, no puedo ser tu amigo. Nuestra amistad me está agotando.
Desafortunadamente, usar su relación como palanca puede resultar contraproducente. Es posible que tu amigo sienta que lo estás abandonando y que no se sienta capaz de confiar en ti en el futuro.
Si los problemas de tu amigo te preocupan o te molestan hasta el punto de afectar tu salud mental, puede ser útil establecer límites para limitar la cantidad de tiempo y energía que dedicas a ellos. Nuestro artículo sobre cómo establecer límites con amigos contiene consejos sobre cómo establecer y mantener límites sin dar ultimátums.
9. Ofrece apoyo práctico
Tu amigo puede estar abierto a la terapia, pero puede haber barreras que se interpongan en su camino. Si puede ayudar a un amigo a encontrar un buen terapeuta y encontrar una manera de pagar la terapia, es más probable que se comprometa a probarla.
Aquí hay algunas formas en que podría ofrecer apoyo práctico a un amigo que está pensando en comenzar la terapia:
- «¿Estaría feliz de ayudarlo a buscar terapeutas locales si lo desea?»
- “¿Le gustaría que encontrara algunos enlaces a servicios de terapia en línea?”
- “Si te preocupa ir a la oficina del terapeuta, podría llevarte allí y esperar hasta que termines. ¿Eso lo haría sentir más fácil?”
- “¿Le gustaría que lo ayude a averiguar si su seguro cubre el costo de la terapia?”
Si puede permitírselo, podría tener la tentación de financiar algunas sesiones para su amigo. Pero tenga cuidado al ofrecer pagar su terapia. No sabe cuánto tiempo necesitará tratamiento su amigo, por lo que podría terminar pagando una gran cantidad de dinero. Su amigo también puede sentirse presionado para “mejorar” rápidamente si sabe que está pagando.
10. Comparte experiencias personales de terapia
Si ha ido a terapia y se ha beneficiado de ella, podría compartir sus experiencias. Por ejemplo, podría decir: “Yo mismo he tenido terapia y me resultó útil. Cuando me sentí deprimido después de la muerte de mi madre, mi terapeuta me ayudó a comprender mis sentimientos y aceptar lo que sucedió. No fue una solución mágica, pero me ayudó a sobrellevar la situación”.
Si no tiene ninguna experiencia personal, podría hablar sobre cómo un familiar u otro amigo se benefició de la terapia. Mantenga en secreto los nombres y los detalles de identificación si cree que la otra persona preferiría permanecer en el anonimato.
También puede ayudar compartir recursos sobre la terapia y cómo puede ayudar. Por ejemplo, podría mostrarle a su ser querido los artículos que usó para informarse sobre cómo funciona la terapia.
Cuentas personales, como las de este Artículo de Buzzfeed sobre experiencias de terapiatambién puede ser útil.
11. Sepa cuándo abandonar el tema
No se puede obligar a alguien a ir a terapia. Si sacas a relucir el tema repetidamente, puedes parecer controlador o prepotente. Tu amigo podría comenzar a resentirse contigo. Si le piden que no vuelva a hablar sobre la terapia, o si parecen enojados o molestos cuando los anima a buscar ayuda, respete sus deseos.
Puede ser útil recordar que, aunque es posible que su amigo no esté listo para la terapia en este momento, es posible que recuerde su conversación en algún momento en el futuro y se sienta inspirado para buscar ayuda. También podría decir: «Está bien, no volveré a mencionar la terapia, pero siempre estoy dispuesto a hablar sobre eso en el futuro si lo desea».
Preguntas comunes
¿Cómo puedo apoyar a un amigo en terapia?
Puede ofrecer asistencia práctica, por ejemplo, llevándolos a la oficina de su terapeuta. También podrías ofrecerle apoyo emocional. Hágale saber a su amigo lo orgulloso que está de él por buscar ayuda y anímelo a practicar las habilidades que está aprendiendo durante sus sesiones.
¿Puedes hacer una cita de terapia para un amigo?
Debe ser decisión de su amigo obtener asesoramiento. Pero puede ayudar a su amigo a encontrar y contactar a un terapeuta. Por ejemplo, también podría ayudarlos a escribir un correo electrónico de consulta. Existen códigos y leyes estrictos que significan que los terapeutas no pueden discutir las citas de terapia de su amigo con usted.
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Cómo convencer a un amigo para que vaya a terapia
Identificar el problema
Antes de poder convencer a un amigo para que vaya a terapia, es importante que puedas identificar cuál es su problema. Habla con tu amigo en un lugar tranquilo y privado y permite que él se abra contigo acerca de lo que le está sucediendo. Asegúrate de escuchar atentamente lo que te está diciendo, sin juzgar ni criticar.
Comparte tus preocupaciones
Si has notado cambios en el comportamiento o la personalidad de tu amigo, debes compartir tus preocupaciones con él de manera honesta y constructiva. Destaca cómo su comportamiento o estado de ánimo afecta su vida diaria y la de aquellos alrededor de él.
Explícale los beneficios de la terapia
Explícale a tu amigo que la terapia no es algo a lo que solo se asiste en casos extremos. La terapia es para cualquier persona que necesite ayuda para superar retos y dificultades, incluyendo problemas de relación, ansiedad y depresión. La terapia puede ayudar a tu amigo a encontrar nuevas perspectivas y herramientas para manejar sus problemas.
Ofrece apoyo
Ofrece a tu amigo tu apoyo y ayuda para conseguir un terapeuta y programar una cita. Asegúrate de respaldar a tu amigo en todo momento y no actúes de manera condescendiente o crítica. Recuerda que hablar sobre los problemas es difícil y que tu amigo necesita sentirse seguro y apoyado durante este proceso.
- Identificar el problema
- Compartir tus preocupaciones
- Explicar los beneficios de la terapia
- Ofrecer apoyo
En conclusión, si quieres convencer a un amigo para que vaya a terapia, debes hablar con él de manera sincera y respetuosa, identificar su problema, compartir tus preocupaciones, explicar los beneficios de la terapia y ofrecer tu apoyo. Si tu amigo decide buscar ayuda profesional, asegúrate de seguir apoyándolo a lo largo del proceso.