Cómo llevarse bien con los demás (con ejemplos prácticos)

El éxito en cualquier tipo de relación personal o profesional se basa en gran medida en la habilidad de llevarse bien con los demás. Esta habilidad no es innata, sino que puede ser desarrollada y mejorada mediante la práctica. En este artículo encontrarás ideas útiles y ejemplos prácticos que te ayudarán a mejorar tus habilidades sociales y a mantener buenas relaciones con los demás. No te pierdas estos consejos clave para ser un buen colaborador, amigo o compañero de trabajo.

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“No sé cómo llevarme bien con la gente. Cuando trato de hablar con otros, la conversación nunca va a ninguna parte. No puedo convertir interacciones superficiales en conexiones significativas. Me gustaría saber cómo ser mejor con la gente, pero no tengo ni idea de por dónde empezar”.

La conexión con los demás es fundamental, pero ¿qué hacemos cuando no nos llevamos bien con la gente? Puede ser difícil saber cómo llevarse bien con los demás sin sentir que estamos usando una máscara o perdiendo nuestro sentido de identidad.

¿Cómo te llevas bien con los demás?

Cuando les muestras a las personas que te gustan y que estás dispuesto a escuchar, estarán más inclinadas a agradarles a cambio. Interésate genuinamente en los demás y trata de ver lo mejor de cada uno.

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¿Puedes llevarte bien con todos?

Puedes aprender a llevarte bien con la mayoría de las personas, al menos en un nivel superficial. Lamentablemente, algunas personas se pondrán a la defensiva, serán desagradables o le desagradarán a pesar de sus mejores esfuerzos.

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Razones por las que puede tener dificultades para llevarse bien con las personas

Es posible que tenga problemas para llevarse bien con los demás si está a la defensiva, se ofende fácilmente o discute. Otra razón podría ser que esté tratando de relacionarse con las personas en un nivel práctico o lógico cuando buscan empatía o viceversa.

ser negativo

Otros pueden tener dificultades para estar cerca de usted si sienten que está agotando su energía. Estar cerca de alguien a la defensiva, enojado o que comparte sus problemas sin escuchar a cambio puede ser muy desafiante.

¿Cómo puedes lidiar con esto si estás deprimido o estás pasando por un momento difícil? A veces tenemos que decir algo como: “Estoy pasando por un momento difícil”, y dejar que eso sea suficiente. Con el tiempo, aprenderemos cuándo es apropiado compartir. Asegúrese de tener varias vías de apoyo (como grupos de apoyo, terapia, diario, ejercicio y varias personas en su vida con las que pueda hablar) para que no termine descargando demasiado en una sola persona.

Tener Asperger o una enfermedad mental

Las enfermedades mentales y el síndrome de Asperger pueden hacer que sea difícil llevarse bien con los demás. El simple hecho de hablar con alguien puede ser un desafío si tiene ansiedad social, depresión u otra enfermedad mental. Los Aspergers también pueden hacer que sea difícil captar las señales sociales o imaginar lo que otras personas están pasando o pensando.[1]

También hay una alta tasa de comorbilidad con Asperger, lo que significa que las personas con Asperger tienen más probabilidades de tener otro tipo de trastorno psiquiátrico como la depresión.[2]

Si tiene Asperger, lea nuestro artículo dedicado sobre Asperger y cómo hacer amigos. Si tiene problemas con la ansiedad social, lea nuestro artículo sobre qué hacer si su ansiedad social empeora.

No ser considerado con los demás

Nos gusta la gente que nos quiere y nos respeta. Por ejemplo, cuando un compañero de trabajo se lleva con frecuencia el último trozo de tarta sin comprobar que los demás han comido o nos hace esperar cuando fijamos una hora para reunirnos, podemos sentir que es egoísta y que no le importa llevarse bien con los demás.

Llegar a tiempo, compartir sus refrigerios y hacer cumplidos puede contribuir en gran medida a agradar a las personas. Practica la generosidad sin esperar nada a cambio. Ten en cuenta que esto no significa que se aprovechen de ti o que les des regalos a las personas para agradarles. Ser generoso no tiene por qué costar nada. Puede ser tan simple como abrirle la puerta a alguien, decirle que te gusta su camiseta o que hizo un buen trabajo.

ser desagradable

La amabilidad es uno de los «Gran Cinco» rasgos de personalidad que están presentes desde el nacimiento. Alguien con mucha simpatía es generalmente educado, cooperativo, amable y amistoso. Alguien con poca amabilidad puede ser más egoísta y menos altruista.

Sin embargo, nuestra amabilidad no está escrita en piedra. Cambia a lo largo de la vida; por ejemplo, los adolescentes suelen ser menos agradables que los adultos.[3] Somos menos agradables cuando estamos cansados, hambrientos o estresados. Y lo más importante, podemos aprender a ser más agradables. Leer libros de ficción, por ejemplo, puede ayudar a mejorar la empatía y la teoría de la mente (la capacidad de comprender que los demás tienen creencias y sentimientos diferentes a los nuestros).[4]

Consulte nuestra guía sobre cómo ser más agradable.

Consejos prácticos para llevarse bien con cualquier persona

1. Reconoce tus problemas y factores desencadenantes específicos

“No llevarse bien con la gente” es una frase amplia que puede describir muchos problemas subyacentes diferentes.

Por ejemplo, alguien que siente que no se lleva bien con los demás podría:

  • No saber cómo entablar una pequeña charla o conversación con los demás.
  • Dar la impresión de ser pasivo-agresivo
  • No entiende cómo usar el humor apropiadamente y ofende a otros como resultado
  • Despreciar a las personas y actuar de manera arrogante o superior.

Una vez que haya identificado su problema específico, puede trabajar en él. Por ejemplo, si tiende a menospreciar a los demás, es posible que deba trabajar para ser más tolerante. O, si tus chistes ofenden a las personas, es posible que debas aprender cómo y cuándo usar el ingenio.

Llevar un diario puede ayudarte a reflexionar sobre las interacciones sociales que has tenido. Hágase algunas preguntas:

  • ¿Cuándo notaste que una interacción no iba tan bien como esperabas?
  • ¿Qué tipo de comportamientos te molestan de otras personas y cómo reaccionas ante ellos?
  • ¿Qué tipo de pensamientos pasan por tu mente en esos momentos? ¿Estás pensando, “Soy tan idiota,” o tal vez, “Esta gente es tan superficial, no tengo nada en común con ellos”?

Por ejemplo, es posible que se sienta abrumado cuando está rodeado de mucho ruido. Puede pedirles a las personas que se reúnan uno a uno en lugares tranquilos o que no coloquen música alta a su alrededor.

Cuanto mejor comprenda sus desafíos específicos, mejor podrá superarlos. Puede ser útil leer libros de habilidades sociales para adultos para repasar los conceptos básicos de interacción social.

2. Pregúntate si es necesario decir algo ahora

Hay un dicho que dice: «¿Preferirías tener razón o preferirías ser feliz?»

A veces, cuando estamos hablando con alguien, lo atrapamos diciendo algo que no es exactamente exacto. Entonces tenemos una opción: podemos corregirlos o dejar que continúen su historia.

Otras veces, podemos estar tratando de iniciar una discusión o debate. Queremos proporcionar el otro lado de lo que dice nuestro interlocutor. Pero pueden encontrar inapropiado que hagamos de “abogado del diablo”.

Por supuesto, esto no significa que debas traicionar tus ideales o pretender ser otra persona para agradar a alguien. Solo se trata de saber cuál es el momento y el lugar adecuados para compartir sus puntos de vista.

Por ejemplo, las discusiones filosóficas pueden ser excelentes cuando estás con un grupo de amigos cercanos, pero quizás no encajen en el lugar de trabajo.

3. Trabaja en notar y “reflejar” a otros

Reflejar es cuando inconscientemente imitamos los movimientos y comportamientos de los que nos rodean. Los estudios muestran que este tipo de mimetismo aumenta las posibilidades de que las personas se agraden cuando interactúan.[5]

Por ejemplo, la persona con la que estás puede estar hablando más despacio que tú. Hablar a un ritmo acelerado y saltar de un tema a otro puede hacer que se sientan abrumados. Hablar a un ritmo similar puede hacer que se sientan más cómodos.

Otra buena regla: cuando alguien te sonría, devuélvele la sonrisa.

Si tienes problemas con el lenguaje corporal, lee nuestro artículo sobre cómo lucir más accesible y amigable.

4. Intenta ser más positivo

Nunca recomendaríamos fingir ser otra persona para agradar a alguien. Pero, naturalmente, puede aumentar su positividad, lo que hace que sea más agradable estar cerca de usted.

Una forma sencilla de entrenarse para ser más positivo es escribir tres cosas buenas que sucedieron cada día. Incluso si tuviste un día terrible, escribe algo positivo que hayas hecho o que haya sucedido. Puede ser que el almuerzo estuvo delicioso, el clima estuvo bueno o que recientemente hiciste una tarea con la que has estado luchando. Si hace esto de manera constante, notará más cosas positivas para recordar y escribir más adelante.

5. Haz una pausa antes de responder

Aprende a tomarte un momento antes de reaccionar automáticamente. Cuando alguien diga algo que te moleste, trata de respirar profundamente mientras cuentas hasta 4, sostén la respiración mientras cuentas hasta 4 y luego exhala mientras cuentas hasta 4.

Mientras respira, recuerde que las reacciones de los demás a menudo no se relacionan con usted. Tendemos a tomar las cosas personalmente, pero esto puede llevarnos a tener problemas. Darte un tiempo antes de responder puede ayudarte a decidir cómo quieres actuar.

6. No chismees sobre otras personas

Hablar negativamente de las personas a sus espaldas puede hacer que las personas se pregunten si les estás haciendo lo mismo. Si aparece el nombre de otra persona, trate de abstenerse de decir cosas negativas sobre ella.

¿Qué debe hacer si alguien le cuenta chismes sobre los demás? Digamos que estás hablando con un compañero de clase que está hablando negativamente de otro compañero de clase. Por ejemplo, “Estaba haciendo un proyecto grupal con María y ella no hizo nada. Estábamos en su casa y su habitación era un completo desastre. Es una vagabunda tan repugnante”.

En esta situación, trate de concentrarse en los sentimientos de la persona que está hablando. Puede decir, “es tan frustrante cuando el trabajo que hacemos se siente tan desequilibrado. Me puedo identificar con eso.»

A veces, te encontrarás con personas que tienen la intención de menospreciarte a ti o a los demás. Trate de reducir las interacciones con ellos tanto como sea posible. Liberarás tu tiempo para encontrar personas más amables para tener en tu vida.

7. Enfócate en las similitudes, no en las diferencias

Un estudio sobre las interacciones de más de 1.500 parejas encontró que la similitud los hacía más propensos a interactuar nuevamente.[6]

Cuando te encuentres hablando con alguien, conviértelo en un juego para ver qué tienen en común. Tal vez estás estudiando cosas completamente diferentes en la universidad pero te gusta ver el mismo programa de televisión para relajarte. ¿Qué valores compartes? ¿Quizás tuviste el mismo tipo de educación? Centrarse en los puntos en común hace que sea más fácil establecer vínculos.

8. Haz preguntas y escucha las respuestas

A veces, cuando hablamos con la gente, podemos quedar atrapados tratando de pensar en lo que vamos a decir a continuación. El problema es que podemos perdernos algo de lo que dice nuestro compañero de conversación. Estamos menos sintonizados con su lenguaje corporal porque lo estamos mentalmente.

La próxima vez que hables con alguien, practica la escucha activa. Concéntrese en lo que están diciendo. Puede demostrar que está escuchando dando señales positivas como asentir con la cabeza o decir «Sí» mientras habla. Asegúrate de que hayan terminado de hablar antes de responder.

Para sobresalir como un gran oyente, haga un seguimiento de las cosas que han compartido con usted antes. Por ejemplo:

Ellos: Hola, ¿cómo estás?

Tu: Estoy bastante bien. Acabo de salir de clase. ¿Cómo te fue en la prueba? Mencionaste que estabas bastante nervioso por eso.

Ellos: Creo que salió bien. Me preocupaba no tener tiempo para estudiar, pero conseguí a alguien para cubrir mi turno. Creo que salió bien.

Tu: Eso es genial. ¿Cuándo vas a recuperar tus resultados?

9. Trabaja con un terapeuta o entrenador

Un terapeuta, consejero o entrenador puede ayudarlo a reconocer sus desafíos específicos para llevarse bien con los demás. Pueden ayudarlo a aprender nuevas herramientas y encontrar soluciones a los problemas que pueda tener.

Para encontrar un buen terapeuta, pida recomendaciones a las personas que conoce o intente usar un directorio en línea como el que se encuentra en Psicología Hoy. En su llamada de evaluación, infórmele al terapeuta en qué temas le gustaría trabajar. Preste atención a cómo se siente acerca del terapeuta. A veces puede llevar un tiempo encontrar un terapeuta disponible con el que conectarnos.

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Cómo llevarse bien con los demás

Comprende las diferencias entre las personas

Para llevarse bien con los demás, es importante comprender que cada persona es única y tiene sus propias formas de pensar, de actuar y de sentir. Esto significa que no todas las personas tendrán las mismas opiniones o reacciones ante situaciones específicas. Aprender a ser tolerante y respetar las diferencias es clave para una buena convivencia.

Ejemplo práctico:

Imagina que estás trabajando en un proyecto en equipo con personas que tienen ideologías políticas diferentes a la tuya. Es posible que surjan debates o discusiones en algún momento. En lugar de descalificar las opiniones de los demás, es importante que escuches sus puntos de vista y trates de encontrar puntos en común para llegar a una solución en conjunto.

Practica la empatía

La empatía consiste en ponerse en el lugar del otro, tratando de comprender cómo se siente y qué piensa. Es una herramienta muy poderosa para lograr una buena relación con los demás, ya que permite establecer lazos basados en la comprensión y el respeto.

Ejemplo práctico:

Imagina que tu compañero de trabajo llega tarde a una reunión importante. En lugar de regañarlo o reprenderlo, es importante que trates de entender por qué llegó tarde. Tal vez tuvo un problema personal que lo retrasó, o tal vez simplemente se quedó dormido. Al tratar de comprende su situación, podrás hablar con él de manera más amistosa y no confrontativa.

Expresa tus necesidades y sentimientos de manera asertiva

Comunicar nuestras necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa es también fundamental para llevarnos bien con los demás. Al expresarnos de manera asertiva, evitamos malentendidos y conflictos innecesarios.

Ejemplo práctico:

Imagina que tu pareja ha estado haciendo cosas que te molestan, como no recoger su ropa o no lavar los platos. En lugar de guardar silencio y dejar que la situación empeore, es importante que le hables de manera asertiva, expresando tus sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa. Por ejemplo, podrías decirle algo como «Me siento molesto cuando no recoges tu ropa, porque yo también tengo responsabilidades en esta casa. ¿Puedes comprometerte a recoger tu ropa la próxima vez?».

Evita el gossipeo y la crítica destructiva

Una de las formas más comunes en las que las personas se relacionan mal es a través del gossipeo y la crítica destructiva. Estas formas de relacionarnos generan un ambiente lleno de desconfianza y tensión, y pueden dañar seriamente las relaciones.

Ejemplo práctico:

Imagina que una compañera de trabajo te cuenta algo negativo que otro compañero hizo. En lugar de hacer comentarios al respecto o contarle a otra persona, es importante que evites el gossipeo y la crítica destructiva, y trates de buscar soluciones constructivas que no dañen la imagen del otro compañero. Por ejemplo, podrías tratar de hablar con el compañero de manera amistosa para entender sus motivos, o sugerir que la compañera hable con el compañero de manera directa y respetuosa.

  1. Comprende las diferencias entre las personas
  2. Practica la empatía
  3. Expresa tus necesidades y sentimientos de manera asertiva
  4. Evita el gossipeo y la crítica destructiva

En resumen, para llevarse bien con los demás es importante comprender las diferencias entre las personas, practicar la empatía, expresar nuestras necesidades y sentimientos de manera asertiva, y evitar el gossipeo y la crítica destructiva. Siguiendo estos consejos, podrás construir relaciones más sanas y placenteras con los demás.

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