¿Hablando demasiado? Razones por las que y qué hacer al respecto

¿Eres de esas personas que hablan mucho y a veces sin control? ¡No estás solo/a! Hablar en exceso es una conducta bastante común en nuestra sociedad, pero ¿sabías que también puede tener consecuencias negativas en tu vida personal y laboral? En este artículo, descubre las razones detrás de esta conducta e identifica qué puedes hacer para reducir su impacto en tu vida cotidiana. ¡No te lo pierdas!

“A veces siento que no puedo callarme. Cada vez que hablo con alguien y hay un momento de silencio, siento que tengo que llenarlo. ¡Y una vez que empiezo, no puedo dejar de hablar! No quiero parecer un molesto sabelotodo o un parloteo, pero no sé cómo dejar de hacerlo. ¡Ayuda!»

Una de las principales barreras que podemos encontrar en nuestro viaje para hacer amigos es hablar demasiado. Cuando una persona domina una conversación, la otra persona generalmente termina sintiéndose exhausta o molesta. Asumen que la persona que no puede dejar de hablar no se preocupa por ellos. De lo contrario, escucharían, ¿verdad?

Un estudio encontró que las personas se sienten más comprendidas por las respuestas de escucha activa que por los simples reconocimientos o los consejos.[1] Sentirse comprendido puede ser incluso más importante que sentirse amado.[2]

Si quieres aprender a hacer que las personas se sientan escuchadas y comprendidas, el primer paso es comprender las razones por las que puedes estar hablando demasiado. Luego, puede tomar las medidas y acciones apropiadas.

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¿Por qué algunas personas hablan demasiado?

Las personas pueden hablar demasiado por dos razones contradictorias: pensar que son más importantes que la otra persona o sentirse nerviosas y ansiosas. La hiperactividad es otra razón por la que alguien puede estar hablando demasiado.

¿Hablo demasiado?

Si te encuentras alejándote de las conversaciones sintiendo que no has aprendido nada sobre la otra persona, es posible que estés hablando demasiado. Otros signos de hablar en exceso incluyen a sus compañeros de conversación que intentan terminar la conversación o se ven incómodos o molestos. Aquí hay una lista de signos comunes de que hablas demasiado.

Secciones

Razones por las que puede estar hablando demasiado

TDAH o hiperactividad

Hablar en exceso e interrumpir conversaciones pueden ser signos de TDAH en adultos. La hiperactividad y la inquietud pueden manifestarse en hablar demasiado, especialmente en el trabajo o en otras situaciones donde no hay una salida física para el exceso de energía.

Este vínculo entre la hiperactividad, hablar en exceso y los problemas sociales comienza a una edad temprana. Un estudio comparó a 99 niños con y sin TDAH. De los niños que siguieron, aquellos con falta de atención cognitiva eran más propensos a hablar en exceso, lo que los llevó a tener problemas con sus compañeros.[3]

El ejercicio, la medicación y la meditación pueden ayudarlo a reducir su hiperactividad. También puede aprender métodos para ponerse a tierra cuando se sienta demasiado inquieto o «animado» durante las interacciones sociales. Ejercicios de puesta a tierra puede ayudarlo a permanecer en el momento presente cuando siente que su cabeza está en otra parte.

Asperger o estar en el espectro del autismo

estar en el Espectro autista puede dificultar la comprensión de las situaciones sociales. Si está en el espectro, puede que le resulte difícil captar las pistas que alguien le está enviando. Como resultado, es posible que no entiendas si están interesados ​​en lo que dices o no. Puede que le resulte difícil saber cuánto hablar o cuándo dejar de hablar.

Aprender a captar y comprender las señales sociales puede ayudarlo a saber cuándo hablar y cuándo escuchar.

También tenemos un artículo con consejos dedicados a cómo hacer amigos cuando tienes Asperger.

Ser inseguro

La necesidad de impresionar a los demás puede estar impulsando tu conversación excesiva. Es posible que estés dominando las conversaciones por la presión de parecer una persona genial o interesante. Es posible que sienta que necesita contar historias divertidas para que la gente quiera hablar más con usted. Quiere ser “sentido” y recordado en la conversación.

La verdad es que no necesitas entretener a nadie para que quiera pasar tiempo contigo. Tenemos películas, libros, música, arte y programas de televisión para eso. En cambio, las personas buscan otras cualidades en sus amigos, como ser buenos oyentes, amables y solidarios. Afortunadamente, estas son habilidades que podemos aprender y mejorar.

Sentirse incómodo con el silencio.

Si no te sientes cómodo con el silencio, es posible que estés tratando de llenar los espacios en blanco de la conversación de alguna manera. Puedes creer que la otra persona te juzgará o pensará que no eres interesante si hay interrupciones en la conversación. O tal vez te sientas incómodo con el silencio a tu alrededor.

La verdad es que a veces las personas necesitan unos segundos para ordenar sus pensamientos antes de responder. Los momentos de silencio no son malos: ocurren naturalmente y, a veces, son esenciales para una conversación.

Sentirse incómodo haciendo preguntas a la gente.

A veces, no queremos hacer preguntas porque creemos que enojaremos o incomodaremos a nuestro interlocutor. Creemos que nos juzgarán por ser chismosos o entrometidos. Tal vez creemos que si quisieran compartir algo con nosotros, lo harían sin necesidad de que se lo pidamos.

Aprender a sentirse cómodo haciendo preguntas a otras personas puede ayudarlo a hablar menos y escuchar más. Recuerde, a las personas generalmente les encanta hablar de sí mismas.

ser obstinado

Tener opiniones es excelente. Es importante saber en quién estás y en qué crees. El problema surge cuando seguimos sintiendo la necesidad de “corregir” a otras personas, decirles cuando se equivocan o hablar por encima de ellas. Si nuestras opiniones nos impiden conectarnos con otras personas, se convierten en un problema.

Puede practicar compartiendo su opinión solo cuando se le pregunte o cuando lo considere apropiado. Al mismo tiempo, recuerda que todos somos diferentes y que el hecho de que alguien se sienta diferente a ti no significa que sea malo o esté equivocado.

Si necesitas más ayuda, lee nuestro artículo sobre cómo ser agradable.

Pensando en voz alta

Algunas personas tienen tiempo para pensar solas. Otros escriben en un diario y algunas personas piensan mientras hablan con otros.

Si pensar en voz alta es tu estilo, deja que la gente sepa que esto es lo que estás haciendo. Incluso puedes preguntarle a la gente si está bien si piensas en voz alta. Otro consejo es pensar en las cosas importantes que quieres decir con anticipación, para no perderte en tus pensamientos.

Intentar forzar la intimidad o la cercanía.

Cuando conocemos a alguien que nos gusta, naturalmente queremos acercarnos a ellos. En un intento de “acelerar” nuestra relación, podemos terminar hablando mucho. Es como si estuviéramos tratando de encajar varios días de conversación en uno.

Otra razón relacionada es que tratamos de revelar todas nuestras «cosas malas» al principio. Subconscientemente estamos pensando, “No sé si esta relación va a funcionar. No quiero hacer todo este esfuerzo solo para que mis amigos desaparezcan una vez que se enteren de mis problemas. Así que les contaré todo ahora y veré si se quedan”.

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Recuerda que las buenas relaciones toman tiempo para formarse. No puedes apresurarte. Dale tiempo a la gente para que te conozca lentamente. Y si aún tiene problemas para compartir demasiado, lea nuestro artículo «Estoy hablando demasiado de mí».

Cómo hablar menos y escuchar más

Decide aprender algo nuevo en cada conversación

Trate de alejarse de cada conversación habiendo aprendido algo nuevo. Para hacer eso, tienes que permitir que la gente hable.

Es normal pensar en cómo responderemos cuando estamos escuchando a alguien hablar. Todos vemos el mundo en nuestro filtro personal y relacionamos las experiencias de los demás con nosotros mismos. No te juzgues por eso. Todos lo hacen.

En cambio, si nota que solo está esperando su turno para hablar, vuelva a centrar su atención en lo que está diciendo. Trate de interesarse en lo que están diciendo. Si hay algo que no escuchó o no entendió, pregunte.

Practica leer el lenguaje corporal

Suele haber señales en la otra persona cuando hablamos demasiado. Es posible que se crucen de brazos, comiencen a buscar una forma de salir de la conversación o muestren alguna otra señal de que la conversación les resulta abrumadora. Pueden intentar hablar varias veces pero se detienen si ven que no podemos dejar de hablar.

Para obtener más consejos sobre el lenguaje corporal, lee nuestro artículo “Entender si la gente quiere hablar contigo” o consulta nuestras recomendaciones sobre libros sobre el lenguaje corporal.

Compruébalo durante la conversación

Acostúmbrate a preguntarte: «¿Siento que no puedo dejar de hablar?»

Si la respuesta es sí, no te juzgues. Trate de llamar la atención sobre lo que está sintiendo. ¿Estás ansioso? ¿Estás tratando de distraerte de sentimientos incómodos? Luego, continúa con el siguiente paso: calmarte y volver a concentrarte en la conversación.

Practica calmarte en las conversaciones.

Como se mencionó, las personas a menudo hablan demasiado debido al nerviosismo, la ansiedad o la hiperactividad.

Respirar profunda y constantemente durante la conversación puede ayudarte a mantenerte relajado.

Llevar tu atención a tus sentidos es una excelente manera de permanecer en el presente en lugar de estar en tu cabeza. Observe lo que puede ver, sentir y escuchar a su alrededor. Este es un tipo de ejercicio de puesta a tierra mencionado anteriormente.

Jugar con un juguete inquieto también puede ayudarlo a sentirse menos ansioso o hiperactivo durante la conversación.

Dales tiempo para responder

Cuando terminemos de hablar, podemos entrar en pánico si no recibimos una respuesta de inmediato.

Pensamientos autocríticos pueden llenar nuestra mente: “Oh no, he dicho una estupidez”. “Los he molestado”. “Piensan que soy grosero”.

Como respuesta a nuestra confusión interna, podemos soltar una disculpa o seguir hablando para tratar de desviar su atención, y la nuestra, de la incomodidad.

La verdad es que a veces las personas necesitan unos segundos para pensar en lo que quieren decir. Algunas personas se toman más tiempo que otras.

Cuando termine de hablar, espere un momento. Toma un respiro. Cuenta hasta cinco en tu cabeza, si te ayuda.

Recuerda que el silencio no es malo

Deje que su conversación se desarrolle naturalmente en lugar de tratar de controlarla.

A veces habrá momentos de silencio.

De hecho, a menudo construimos las partes más profundas de una amistad durante los momentos de tranquilidad.

Todos queremos amigos que nos hagan sentir cómodos. Eso sucede cuando sentimos que podemos ser nosotros mismos con alguien y ser aceptados tal como somos.

Nuestro compañero de conversación puede estar tan estresado por entablar una conversación como nosotros. Permitirnos sentirnos cómodos con momentos de silencio les envía una señal para que también se sientan cómodos.

Hacer preguntas

Deje que sus preguntas surjan de forma natural. Para reducir la sensación de «entrevista», agregue reacciones a sus preguntas. Por ejemplo:

«Bien por usted. ¿Cómo respondieron a eso?”

“Vaya, eso debe haber sido difícil. ¿Qué hiciste?»

“A mí también me encanta ese programa. ¿Cuál fue tu episodio favorito?”

Este tipo de reflexión y preguntas hará que tu interlocutor se sienta escuchado.

Trate de hacer preguntas que sean relevantes para lo que ha compartido su interlocutor.

Por ejemplo, si hablaron sobre el trabajo y les preguntaron sobre su familia, el cambio puede parecer demasiado abrupto.

Prepárate para conversaciones importantes

Podemos ponernos nerviosos en entornos grupales, situaciones de trabajo o en ocasiones cuando necesitamos discutir un tema difícil. Este nerviosismo puede llevarnos a divagar, hablar sobre nuestro punto o pensar en voz alta.

Si hay algo específico que quieras decir en una conversación, puede ser útil pensarlo con anticipación e incluso escribirlo. Pregúntese: ¿cuál es el punto más importante que quiere hacer? También puede pensar en algunas reacciones diferentes que puede obtener y considerar cómo respondería a cada una. Este método lo ayudará a expresar su punto de vista sin hablar en círculos.

Cómo tratar con personas que hablan demasiado

A veces, cuando tratamos de practicar nuestras habilidades para escuchar, nuestras conversaciones se inclinan en la otra dirección.

¿Qué puedes hacer si te encuentras del otro lado de las personas que hablan demasiado?

Pregúntate por qué la otra persona está hablando demasiado.

Mientras hablan, trate de entender las emociones detrás de las palabras. ¿Están divagando de manera hiperactiva, con una historia que les recuerda otra? ¿Están tratando de evitar sus sentimientos, o tal vez están tratando de impresionarte?

Pregúntales si puedes interrumpir.

A veces la gente no sabe cómo dejar de hablar. Es posible que reaccionen bien si les dices algo como “¿puedo interrumpir?”. o tal vez, «¿quieres mi opinión?»

hacer una broma de eso

«¿Hola, me recuerdas?» Todavía estoy aquí.»

Puede tratar de señalar que la otra persona ha estado hablando más de lo que le corresponde. Este método es especialmente beneficioso si la persona que habla en exceso es un buen amigo o alguien a quien conoces con buenas intenciones.

Si se siente avergonzado y se disculpa, sonría y asegúrele que no es un problema, siempre que no sea algo que suceda constantemente.

Diles que te molesta

¿Crees que hay una persona en tu vida que domina tus conversaciones? ¿Te hace querer evitarlos?

Si alguien en tu vida habla demasiado, considera mencionarlo.

Después de que termine la conversación, considere enviar un mensaje en el que comparta sus sentimientos.

Puedes escribir algo como:

“Disfruto hablar contigo, y me encantaría que nos conectemos más. A veces me cuesta sentirme escuchada en nuestras conversaciones. Me encantaría que encontráramos una solución para que nuestras conversaciones se sintieran más equilibradas”.

Sepa cuándo alejarse

A veces simplemente no puedes pronunciar una palabra y la persona con la que estás hablando no quiere saber nada al respecto. Pueden ponerse a la defensiva cuando se les alerta sobre el hecho de que han estado dominando la conversación, o pueden no ver ningún problema. En estos casos, es posible que tengas que terminar la conversación, minimizar la cantidad de tiempo que pasas con la persona o incluso considerar terminar la relación.

Terminar una relación siempre es difícil, pero en algunos casos es necesario. Terminar tales relaciones puede liberar su tiempo y energía para forjar nuevas conexiones con personas que están más disponibles para satisfacer sus necesidades. Recuerda, a veces alguien no puede darnos lo que buscamos en una relación. No significa que sea una mala persona. Puede ser un tema de compatibilidad. Aún así, mereces sentirte escuchado y respetado.

Para obtener más consejos sobre cómo tratar con personas que hablan demasiado, consulte nuestra guía sobre cómo tratar con amigos que solo hablan de sí mismos y de sus problemas.

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¿Hablando demasiado? Razones por las que y qué hacer al respecto

Razones por las que se habla demasiado

  • Miedo al silencio: algunas personas sienten incómodo el silencio y necesitan llenarlo constantemente con palabras.
  • Inseguridad: hablar demasiado puede ser una forma de demostrar conocimiento o impresionar a los demás.
  • Falta de habilidades sociales: a menudo, las personas que hablan demasiado tienen dificultades para leer las señales sociales y saber cuándo deben callarse.
  • Nerviosismo: hablar demasiado puede ser una forma de liberar la tensión cuando se está nervioso o incómodo.

¿Qué hacer al respecto?

  1. Toma conciencia: si te das cuenta de que hablas demasiado, es el primer paso para abordar el problema.
  2. Escucha activamente: practica prestar atención a los demás y hacerles preguntas para demostrar interés y permitirles hablar.
  3. Respira profundamente: si te sientes nervioso o incómodo, toma algunas respiraciones profundas antes de hablar.
  4. Establece límites: antes de entrar en una conversación, establece límites para ti mismo en cuanto a cuánto y qué hablar.
  5. Practica la brevedad: intenta decir lo que quieres decir en pocas palabras y evita divagar o hablar en exceso sobre un tema.

Conclusión

En resumen, hablar demasiado puede ser una conducta molesta para los demás y puede tener diversas causas subyacentes. Si te encuentras hablando en exceso, es importante tomar medidas para abordar este comportamiento, como tomar conciencia y establecer límites en la conversación. Al practicar habilidades sociales y la brevedad en la conversación, puedes mejorar tu comunicación y evitar molestar a los demás con tu comportamiento.

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